PROSTÍBULOS Y JUEGO EN EL CONIL DEL XVI-XVII. LA "PRIMERA FERIA " CONILEÑA Y LOS PRIMEROS CHIRINGUITOS.

Según la RAE una feria es: Conjunto de instalaciones recreativas, como carruseles, circos, casetas de tiro al blanco, etc., y de puestos de venta de dulces y de chucherías, que, con ocasión de determinadas fiestas, se montan en las poblaciones. 

Actualmente Conil cuenta con dos ferias, pero tuvo un antecedente o protoferia en los siglos XVI y XVII, de no haber sufrido la almadraba crisis posteriores y las regulaciones sucesivas, hoy podríamos estar celebrando la Feria del Atún y no la del Colorado. 

 Al llegar la temporada de la Almadraba, a Conil acudían centeranes de comerciantes, guardias, trabajadores, esclavos... para formar parte o contribuir a la actividad pesquera. Los aparejos almadraberos se guardaban junto al Castillo Nuevo (torre de Castilnovo junto a su fortaleza) y quienes con ellos trabajan residían acampando alrededor. 
En torno a la torre y a lo largo del Prado de Castilnovo se levantaban efímeras chabolas, chozos, chiringuitos que servían de negocio paralelo a la pesca del atún. Actividades de dudosa moralidad se llevaban a cabo en el “Plao Ramón" que durante los meses de mayo, junio y julio se veía reconvertido en un “recinto ferial" donde abundaban los prostíbulos, tabernas y casas de apuestas. 
 La mezcolanza de toda suerte de personajes y clases: jabigueros, bandoleros, esclavos, mendigos, prostitutas, los famosos pícaros nombrados en la novela " La Ilustre Fregona" de Cervantes, guardias, fugitivos, rufianes... que llegaban debido al asilo tácito, es decir no se exigían cuentas sobre fechorías anteriores a quienes aquí llegaban, Conil se convertía en un refugio de bandidos y así se hizo popular el dicho "mata al rey y vete a Conil" prueba de cómo la villa, con una población estable de unos 5.000-6.000 vecinos, trasnmutaba a una ciudad sin ley. 
 En 1557 llegaron los jesuitas de misiones con el objetivo de parar el desfase y encauzar por los senderos cristianos a malhechores y maleantes. Se fueron sin cumplir el objetivo. 
 Y como si de un evento feriante se tratase, terminada la temporada almadrabera, todo quedaba desmontado y el Prado de Castilnovo vacío de nuevo.
“Bandoleros”, Eugenio Lucas Velázquez, Ca.1860.
Libro escrito por Pablo Antón Solé.
Prado de Castilnovo.
Detalle de un dibujo de Conil de 1727.
Músicos y Comida.
“Almadraba de Torre de Hércules”, Cádiz.
Grabado de Hoefnagel, ca.1564.
Comerciante, Madre y Sacerdote. 
“Almadraba de Torre de Hércules”, Cádiz.
Grabado de Hoefnagel, ca.1564.
El más conocido Pícaro español.
“El Lazarillo de Torres”, Luis Santamaría y Pizarro, ca.1887.

Actividades de un prostíbulo.
Grabado “La lozana andaluza” 1528
“Chozas de pescadores”, s.XIX, Antonio de Brugada.
Croquis de las almadrabas de Conil, Siglo XVIII,
Archivo de los Medina Sidonia.

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