Quiso y mandó don Miguel Calderón de la Barca que eternamente se celebrase en la Capilla del Jesús, una función en honor de la Virgen de Guadalupe cada 12 de diciembre. Cada año desde 1724, salvo excepciones todo el clero procesionaba desde la antigua parroquia hasta la capilla del Nazareno para celebrar la ceremonia; el cortejo lo abría la cruz alzada mientras sonaba el repique de campanas. En 1810 fue el clero regular del convento de mínimos el encargado de realizar la procesión y celebrar la misa cantada. Tras 130 años de culto, en 1854 tenemos el último dato de la celebración de esta fiesta que desde entonces no se ha vuelto a realizar, muy a pesar del difunto don Miguel, que también instituyó a perpetuidad una misa en su memoria cada 14 de diciembre que también encontró el mismo destino.
El lienzo de la Virgen de Guadalupe parece que fue traído por Miguel Calderón de la Barca desde México, este dato es más difícil de aclarar pues la obra no está firmada, y las fieles reproducciones de la Virgen de Guadalupe ejecutadas por artistas novohispanos, eran por aquellos años innumerables, como incontable era su distribución por América y la península.
Calderón de la Barca quiso establecer en la ermita del Jesús una capilla en honor de la Virgen mexicana, al morir en 1720, fue don Cristóbal García Morrejón, su primo hermano, el encargado de culminar sus peticiones. Morrejón dispuso la capilla en la primera nave del templo, el lienzo presidía desde un retablo dorado que lo enmarcaba y que fue sustituido en 1821 por su mal estado de conservación. Fue José Joaquín Dorronsoro, pariente de Calderón, quien reformó la capilla; mandó la construcción de un nuevo retablo, el actual de estilo neoclásico, y posiblemente incorporó los cuatro lienzos que hoy escoltan a la imagen principal, su sello en la reforma está presente en los escudos familiares que colocó respectivamente sobre los dos conjuntos de pequeños lienzos que conforman el ciclo milagroso de la aparición.
Al contrario de lo habitual, el orden de lectura del ciclo milagroso es en contra de las agujas del reloj, comenzando la narración por el extremo superior derecho al que llamaremos A.
A- La Virgen se aparece en el cerro del Tepeyac a Juan Diego mientras que dos ángeles ayudan al indio a interpretar la aparición.
B- Juan Diego se ve sorprendido por la Virgen cuando iba en busca del sacerdote que ayudase a su tío moribundo. (Superior izquierda)
C- Juan Diego arroja las flores guardadas en su tilma, recogidas por petición de la Virgen.
(Inferior izquierda).
D- Juan Diego descubre la imagen grabada de la Virgen en el palacio del obispo de México, fray Juan de Zumárraga. El milagro hizo que las flores imprimieran el retrato de la Virgen en el ayate. (Inferior derecha).
Estos lienzos eran realizados con modelos de grabados que llegaban de América y tienen un gran parecido con las estampas de Matías de Arteaga, que ilustró la edición sevillana de “Felicidad de México de 1685”. Presentan las obras de Conil errores de tipo compositivo y desproporciones, esto nos muestra cierta torpeza por parte del autor, aunque por la mezcla de trazas y señas podríamos asegurar la participación de más de un artista, aunque la última obra (D) podríamos considerarla como la de mayor calidad por el buen uso de la perspectiva y las expresiones de los rostros.
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